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pitagoras Tresfonsitas

Juan José Millás

En 2010 Millás nos informa de que el general Videla ha declarado ante el tribunal que lo juzga que los militares argentinos, durante la represión, fueron crueles pero no sádicos.

Y dice el escritor valenciano que si lo hemos entendido bien, lo que el militar argentino ha querido decir es que violaban a las presas porque era lo que mandaban las ordenanzas, pero que mientras las penetraban violentamente no disfrutaban.

A veces, cuando uno lee una cita dual, en la que la importancia del que escribe o habla es igual a la del personaje aludido, surge la duda de aplicar el criterio del autor para etiquetar la cita, o si se debiera primar a la persona citada.

Por ejemplo, cuando Jose Antonio opina que Maura es un ególatra espectacular, ¿debemos poner por encima que es una opinión de Primo de Ribera, o más bien que se trata de una opinión sobre don Miguel?

En este caso, la mentira de Videla es de importancia menor, bien entendido que nos referimos al valor intrínseco, y no a su trascendencia jurídica o histórica. El general, como algunos niños, al mentir comienza por engañarse a si mismo. La diferencia sólo radica en que el niño va engañándose a medida que las palabras salen de su boca; en cambio, el autoengaño del general se había producido muchos años antes de que pronunciara la frase, es decir, cuando en su cerebro se instalaron las ideas fanáticas que le dominaban. ¿O habría que decir que se había producido muchos siglos antes?

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