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pitagoras Tresfonsitas

Francisco Suárez

El 1 de marzo de 1949, la Gaceta del Norte publica un comentario leído en RNE sobre los funerales habidos en el Escorial por los "grandes monarcas españoles".

La situación de la monarquía, a pesar del ejemplo insuperable de logomaquia que supone el comentario, es delicada, ya que el dictador es el Jefe del Estado y tiene la potestad de nombrar sucesor, pero don Juan de Borbón y su hijo, han optado por echarle paciencia al "tema".

En este comentario se cita al jesuita Suárez: "…la inmortal elocuencia de Francisco Suárez… deshizo por el vigor de su doctrina los nefandos errores del rey Jacobo de Inglaterra, abanderado de la apostasía…"

El granadino Francisco Suárez estudió en Salamanca e ingresó en la Compañía de Jesús.

Ya en Roma estuvo muy próximo al Papa Gregorio XIII (1572-85), el del calendario; recordemos que la militancia antirreforma del Papa hizo que el calendario juliano se mantuviera contra viento y marea en el mundo anglosajón.

Suárez, hombre ecléctico, supo inclinarse hacia el polo más moderno en las grandes controversias.

Aunque sostenía el origen divino del poder, matizó que Dios no lo envía directamente al soberano, sino al pueblo, siendo éste el que lo hace llegar al monarca.

Aunque admitía la eficacia de la gracia de Dios, sostuvo decididamente el libre albedrío del cristiano.

Aunque fue uno de los grandes metafísicos de la época, sostuvo que la Ciencia y la Fé podían arribar a las mismas conclusiones. Trató el tema del tiranicidio, que en la época alcanzó triste importancia con los asesinatos de dos reyes de Francia, el último Valois y el primer Borbón. Matizó la postura del Padre Mariana, imponiendo una serie de condiciones exigentes para la legitimidad del acto. Y en su análisis se deja ver la incidencia de la idea democrática.

En cualquier caso, en aquella época de pasiones extremas, su obra mereció la condena y la incomprensión absolutas, tanto de los protestantes ingleses como de los católicos franceses.

Y se podría añadir que quizás en la Corte española las ideas de Suárez también levantaron alguna suspicacia.

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