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pitagoras Tresfonsitas

Ramón Pelegero

Ahora quizá ya no, pero hace todavía pocos años un forastero que pidiera en castellano "algo de Raimon" en alguna tienda de discos barcelonesa podía oírse desaconsejar su pedido y dejarse instruir acerca de lo desagradables que son las canciones de R (mientras que son tan dulces las de Fulana) y de lo feo que es su catalán, como de valenciano al fin.

Así nos habla Manuel Sacristán en el prólogo de "Raimon Poemas y Canciones" (Ariel 1976) de los turistas que visitan Barcelona, de las tiendas de discos, de las melodías de Fulana, del habla catalana y del habla de los valencianos.

Sacristán fue un barcelonés nacido en Madrid en 1925. Represaliado en el franquismo, no cuesta demasiado imaginárselo perseguido en el stalinismo.

Fue un hombre capaz de distinguir entre el marxismo teórico y el marxismo leninismo, aunque los dos gozaran de su aceptación. Entendía que la posición de Lenin sobre el asunto de las nacionalidades era correcta.

Quizás pensaba que el derecho de autodeterminación para una pequeña nación burguesa incluida dentro de un Estado burgués era el camino más rápido para destruir a este último.

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