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pitagoras Tresfonsitas

Mario Monti

En “Porta a Porta”, programa de noche de la televisión italiana, el periodista Bruno Vespa entrevista al presidente, Mario Monti. Este dice: “I mercati sono delle bestie feroci utili, ma sbilanciate”. Mas tarde, añade: “ dobbiamo domare mercati non demonizzarli".

¿Se refiere el señor Monti al elefante? Pues debería saber que un elefante desequilibrado, aunque lleve años realizando mansamente los trabajos más duros, es una de las fieras más destructivas que pueden imaginarse.

Pensemos en una vivienda que es subastada porque la familia que la posee no es capaz de atender a los plazos del crédito hipotecario concedido por un Banco. Y pensemos en un inversor que se queda con el inmueble para más tarde revenderlo a otra familia. Desde luego se trata de un intermediario útil y que tiene derecho a un beneficio en esta operación.

Ahora imaginemos que un poderoso grupo inversor está en sociedad con un empleado desleal del Banco y tiene a su servicio un grupo de hombres violentos encargados de disuadir a posibles competidores potenciales: todo ello con el fin de reducir el precio que ha de pagar a la mínima expresión. Además, imaginemos que no piensa vender si no obtiene un margen de beneficio igual al 100%. ¿Cree el señor Monti que este inversor es una fiera feroz desequilibrada, a la que es preciso domar?

Pensemos en un inversor que entiende que los precios del petróleo van a subir. Compra hoy y vende dentro de tres meses con el correspondiente beneficio. He ahí otro caso de intermediario útil.

Ahora imaginemos un grupo inversor poco interesado en hacer previsiones sobre el precio del barril. Ellos piensan que el petroleo es un bien del que los países con dependencia energética están imperiosamente necesitados. Cuentan, además, con la capacidad de presión suficiente para conseguir que los países productores reduzcan su oferta. ¿Diría el señor Monti que este grupo es una fiera necesitada de domesticación?

Pensemos, en fin, en un prestamista que opera con la deuda de un país en dificultades. En función del mayor riesgo calcula un diferencial del tipo de interes a cobrar, respecto de los países más solventes. Lo razonable es aceptar que se trata de un prestamista útil.

Para concluír imaginemos que un grupo de prestamistas instalados en un paraíso fiscal deciden trabajar con este país en dificultades. Consideran que la prima de riesgo que los estudiosos del FMI ven razonable es muy baja y ellos operan con una prima tres veces superior. El país acabará en la quiebra, pero antes ellos habrán ganado mucho dinero; además esperan pasar la “patata caliente” a otros antes del desastre; y además tienen una lista de activos del país (minas, terrenos e inmuebles) que esperan hacer suyos a precio de saldo. ¿Qué diría el señor Monti?

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