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pitagoras Tresfonsitas

Moises

Existen serias dudas sobre la autoría de Moises sobre el Génesis y los otros 4 libros del Pentateuco: Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Pudo haber varios autores, o quizás Moises encargó el trabajo a diferentes escribas. Pero esto sería una cuestión menor ante la maravilla que suponen estas obras junto al resto del Antiguo Testamento.

En Génesis 1:26 leemos: Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra.

Esta frase tiene una importancia indiscutible para nuestra cultura. Analicemos su contenido. Empecemos por precisar los atributos fundamentales de Dios: Dios es un ser omnipotente, es un ser omnisciente, es un ser amoroso y justo.

Descartemos que el hombre sea todopoderoso o que posea una sabiduría ilimitada. Podríamos quedarnos con que el hombre sea un ser bueno (o amoroso o justo) a imagen de Dios.

Ahora pensemos en esos cientos o miles de personas que hemos conocido a lo largo de nuestra vida: nosotros mismos, nuestra familia, nuestros maestros, nuestros amigos, nuestros jefes en el trabajo, aquella novia o aquel novio, aquel camarero, aquel policia, el presidente Clinton, el general De Gaulle, aquel médico, aquella monja, Maradona, García Márquez, aquel madrileño tan amable, aquel madrileño tan desagradable....

Cabalmente, ¿podemos pensar que estos hombres, el hombre en general, esta hecho a semejanza de un ser absolutamente bueno?

Creo que la respuesta sólo puede ser negativa. A lo sumo podríamos aceptar que hay en cada uno de nosotros una pequeña gota de esa bondad divina. Y que hay una probabilidad de uno entre mil millones de que esa gota acabe siendo dominante y resulte en un ser integramente bueno, en un Francisco de Asís, o en una Teresa de Calcuta.

Entonces, ¿porqué intentamos educar a los futuros individuos de nuestra sociedad de acuerdo a un modelo radicalmente imposible? ¿Porqué educamos a los individuos de nuestra sociedad en la capacidad de discernir entre el bien y el mal, cuando, siendo muy optimistas, la realidad va a imponer que el 50% de las veces tal individuo tenga que elegir el mal?

Al contrario, ¿porque no educamos a los futuros ciudadanos con base en lo poco o mucho que la Ciencia ha descubierto sobre el alma humana, y con el objetivo de tratar al prójimo tal como ellos desearían ser tratados, si se permite la paráfrasis de la expresión de Jesús?

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