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pitagoras Tresfonsitas

El Evangelista Lucas

Dice Lucas (12,6): "¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios."

Y dice Mateo (10,29): "¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre."

La filosofía que subyace en Mateo es la misma que inspira a Alphonse de Lamartine, en Pensée des morts:


C’est alors que ma paupière
Vous vit pâlir et mourir,
Tendres fruits qu’à la lumière
Dieu n’a pas laissé mûrir !

Quoique jeune sur la terre,
Je suis déjà solitaire
Parmi ceux de ma saison,
Et quand je dis en moi-même :
Où sont ceux que ton coeur aime ?
Je regarde le gazon.

Lamartine nos habla de frutos a los que Dios no ha dejado madurar. Mateo dice que ni un pajarillo cae al suelo sin que Dios lo permita. Los dos coinciden en el poder absoluto de Dios.

Lucas, en cambio, coincide con Lola Beltrán cantando la canción de Tomás Méndez Sosa:


Revoloteando el nido destruido,
un gorrioncillo pecho amarillo,
con sus alitas casi sangrando,
su pajarita anda buscando.
Cuando se cansa se para y canta,
y hasta parece que está llorando,
luego se aleja y se va cantando,
sólo Dios sabe, que va llorando.
Ay, pajarito, gorrioncillo pecho amarillo
nomás de verte ya estoy llorando,
porque Dios sabe al estar mirando,
que ando sangrando igual que tú.

La cantante mejicana nos dice que Dios sabe que el gorrión va llorando, y Lucas nos dice que ni un pajarillo está olvidado a los ojos de Dios. Los dos se inclinan por una divinidad que todo lo ve, y todo lo siente.

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