Dice Lucas (12,6): "¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios."
Y dice Mateo (10,29): "¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre."
La filosofía que subyace en Mateo es la misma que inspira a Alphonse de Lamartine, en Pensée des morts:
Lamartine nos habla de frutos a los que Dios no ha dejado madurar. Mateo dice que ni un pajarillo cae al suelo sin que Dios lo permita. Los dos coinciden en el poder absoluto de Dios.
Lucas, en cambio, coincide con Lola Beltrán cantando la canción de Tomás Méndez Sosa:
La cantante mejicana nos dice que Dios sabe que el gorrión va llorando, y Lucas nos dice que ni un pajarillo está olvidado a los ojos de Dios. Los dos se inclinan por una divinidad que todo lo ve, y todo lo siente.