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pitagoras Tresfonsitas

Arcadi Espada

Tras la pandemia, España ha tenido la desgracia de convertirse en el país…. que ha tenido un exceso de muertes mayor entre los países de nuestro entorno…

Espada utiliza la medida más adecuada para cuantificar la pandemia.

El estudio de las tasas de mortalidad es muy viejo en el mundo científico. Veamos aunque sea ligeramente qué nos dice en nuestro país.

En 2019 teníamos, redondeando, 47 millones de habitantes y se produjeron casi 420 mil defunciones; esto arroja una tasa de mortalidad general algo inferior al 1%, de un 9 por mil siendo algo menos imprecisos.

Si queremos precisar algo más por edades, diríamos que antes de cumplir el año se puede esperar que 3 niños de cada mil fallezcan; y luego la cifra se vuelve despreciable.

"Despreciable" hasta los 45 años, donde ya la tasa sube por encima del 1 por mil.

A partir de los 70 la tasa se eleva por encima del 1%. Un gráfico nos hace ver sin posibilidad de engaño que "la cosa" crece y crece….

Generalizando en plan muy burdo podríamos decir que en España se pueden esperar al año, algo menos de medio millón de muertos.

Siendo menos burdos podríamos decir que esa cifra de muertos redondeada de 2019, es decir, 420 mil fallecidos, se puede tomar como "valor esperado".

Aunque la verdad, viendo las defunciones que nos da el INE para el quinquenio 2015-2019, esa cifra no parece tan burda.

2020

El Ine da para el año del COVID una cifra de 492.930 muertes, es decir, casi medio millón.

En términos de tasa de mortalidad podríamos decir que se ha superado el 10 por mil, es decir, el 1%.

En relación a esa cifra "esperada" de 420 mil muertes, el 2020 nos da un exceso superior al 17%. Exceso que, a riesgo de ser algo burdos, podemos calificar de "brutal". La responsabilidad "biográfica" de este desastre sólo se puede residenciar en las decisiones del Gobierno de España.

Ahora bien, no sería estupido hacer también un esfuerzo en buscar causas "estructurales" al fenómeno. ¿Tiene algo que ver con el caso nuestro tipo de "desarrollo" económico? ¿Tienen algo que ver nuestro urbanismo, nuestras comunicaciones, nuestra sociedad?

Puede ser útil hacer la comparación 2019-20 de las defunciones por provincia de residencia del fallecido. Una vez ordenadas de menos a mayor las tasas de crecimiento tenemos:

El decrecimiento de fallecimientos en el exterior no requiere explicación: se debe a las restricciones de movilidad internacionales. Luego tenemos unas provincias con un crecimiento inferior al 10%.

Las insulares tendrían una explicación análoga: las restricciones de movilidad con la península e interinsulares.

Galicia, Huelva y Almería serían las "esquinas" de la península y por tanto encontramos de nuevo el término "distintas y distantes" respecto de la red de comunicaciones.

Las comunicaciones de Cantabria han sido calificadas por su Presidente como las que existían con el Far West, antes del ferrocarril, es decir el camino de Oregon.

Cordoba tiene obviamente buenas comunicaciones, de modo que si quisiéramos encontrar una razón "estructural" que hiciera difícil la relación con otros territorios habría que buscar en otras dimensiones; algo parecido ocurre con Murcia y Castellón.

En el otro extremo tendríamos las provincias con una tasa superior al 25%.

Y ahí tendríamos a Barcelona y ese "gran Madrid" que forman la capital junto a las provincias castellanas que giran en torno a ella. Y estamos de nuevo ante el asunto de las relaciones: la Barcelona que, por tierra, mar y aire, es un nudo de comunicaciones con Europa y con el mundo, por una parte, y por otra, el Madrid que es el centro de la estructura radial de comunicaciones de España.

Si quisieramos buscar las responsabilidades "biográficas" de este "desastre demográfico" habría que pensar en los Gobiernos autonómicos correspondientes.

Pero ¿no debieramos preguntarnos si queremos realmente que estas 2 grandes urbes hispanas sigan creciendo sin poner cortapisas al fenomeno, antes al contrario, favoreciendo con decisiones financieras y decisiones políticas su engorde?

Y si realmente queremos que esta dinámica continúe ¿no debieramos aceptar los problemas y las contradicciones que el excesivo tamaño de Madrid y Barcelona puedan conllevar?

¡Hola!
¡Un saludo!