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pitagoras Tresfonsitas

Basqueboxer

El timorense Basqueboxer escribió:

Ejemplo tonto: Cada vez que la comunidad internacional decide que un régimen es intolerable (con criterios... cuestionables, pero eso para otro día), se derroca, y el vacío de poder lo llena el más hijodeputa del país.

Y si no hay un hijodeputa que pueda imponerse, se convierte el país en un caos de hijosdeputa que se aniquilan entre ellos.

Llevándose al país con ellos, claro.

La democracia es un lujo.

No hablamos de la libertad paradisíaca, sino de la democracia formal.

Hablamos de instituciones como un parlamento y de la división de poderes.

Pero sobre todo hablamos de que un individuo, incluso si pertenece a la clase social más baja, tiene la oportunidad de defenderse del intento de opresión por parte del poderoso, tenga este el poder económico, el militar o el político.

No cabe duda de que tener un reloj de oro, o un avión particular, o un chalet en Fuerteventura, o un barco de recreo, deben ser lujos maravillosos.

Pero, vistiendo una camisa rota, unos pantalones remendados y unos zapatos viejos, poder mandar a la mierda a un poderoso, es algo incomparable, inconmensurable, monumental, y además, colosal.

Sólo una minoría de los habitantes de este planeta disfruta de la democracia.

Para que un país goce de la democracia debe ser rico, o al menos tener una economía saludable.

Consolidar las instituciones de una democracia es un proceso largo y costoso que, por desgracia, no se pueden permitir los pobres.

Y claro, una democracia jugosa y apetecible, pero débil, es una tentación para los vecinos menos afortunados. De modo que hay que tener un ejército eficiente, y eso cuesta mucho dinero.

Uno de los pilares de una economía fuerte es sin duda la disponibilidad de recursos a precios razonablemente…. bajos.

Y claro eso exige que nuestras democracias tengan a los demás países, digamos que sometidos a un cierto…. control.

Las democracias se pueden permitir tener a algunos de sus mejores individuos dedicados a actividades productivas singulares: pintores, músicos, directores de cine, novelistas, periodistas…

La mayoría de este personal mantiene como principio ideólogico fundamental la aspiración a extender la democracia a ese otro mundo de países subdesarrollados.

Algunos políticos idealistas comparten esa aspiración. Tras la primera gran guerra crearon la Sociedad de Naciones.

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